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martes, 28 de septiembre de 2010

Los moradores de Sión


Los moradores de Sión

Los moradores de Sión:
El sello distintivo de los verdaderos adoradores.

En una ocasión, hace muchos años, escuché a un predicador decir las siguientes palabras: «Usted necesita nacer en Sión». Como en tantas oportunidades, cuando escuchamos algo que se nos hace interesante, lo apunté en las notas que estuve tomando de ese mensaje.

Después, al estar examinando mis notas, me topé con esa frase de nuevo y no pude recordar el contexto de la misma, así que fui a uno de los pasajes que citó el predicador y, ¡vaya descubrimiento! El pasaje era el Salmo 87. Después de buscarlo emprendí un viaje muy interesante que me llevó a conocer la realidad de esa frase que él había dicho. En efecto, ¡yo necesitaba nacer en Sión! Usted también, así que vamos al Salmo 87 y empecemos desde ahí.

Su cimiento está en el monte santo. Ama Yahvé las puertas de Sión más que todas las moradas de Jacob. Cosas gloriosas se han dicho de ti, Ciudad de Dios. Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; He aquí Filistea y Tiro, con Etiopía; Este nació allá. Y de Sión se dirá: Este y aquél han nacido en ella, y el Altísimo mismo la establecerá. Yahvé contará al inscribir a los pueblos: Este nació allí. Y cantores y tañedores en ella dirán: Todas mis fuentes están en ti.

Hay muchísimo que ver en este capítulo, pero lo primero que quiero investigar es en relación a lo que dice en el verso 2: «Ama Yahvé las puertas de Sión MÁS que todas las moradas de Jacob». Mi primera pregunta al leer esto fue: « ¿Qué tiene de especial Sión que no tengan las otras moradas? Por qué amará más el Señor esta habitación que todas las demás?» Esto me llevó a otros pasajes de la Biblia que trataban con Sión y encontré algo todavía más interesante. Dios no tan solo «ama» las puertas de Sión, sino que VIVE en Sión, la tomó como su habitación. Aquí están algunos versos para comprobarlo:

Cantad a Yahvé, que habita en Sión.

Salmo 9,11


Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, es el monte de Sión, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey.
Salmo 48,2

Este monte de Sión, donde has habitado.

Salmo 74,2


Y su habitación en Sión.

Salmo 76,2


Sino que escogió la tribu de Judá, el monte de Sión al cual amó.

Salmo 78,68


Pero de todos los versos que había leído a estas alturas, el que más me impactó fue el siguiente:
Porque Yahvé ha elegido a Sión; la quiso por habitación para sí.

Salmo 132,13


Esto nos da a entender, lógicamente,, que el Señor tenía una opción de donde vivir. El pudo haber elegido cualquier otro lugar donde vivir y sin embargo se va a vivir a Sión. Casi puedo imaginarme al Señor viendo todas las diferentes opciones que tenía para donde ir a vivir, y de todos eso lugares, posiblemente algunos de ellos muy atractivos y bonitos, pero no había nada que se comparara a Sión, así que escogió irse a vivir ahí. ¿Qué ha de haber sido lo que le llamó la atención al Señor como para escogerlo como morada? ¿Cuáles habrán sido las cosas que Él buscaba para una habitación? Esto es lo que a mí me intrigaba saber, porque a mí en lo personal me interesa saber dónde vive Dios, ya que ha de ser un lugar impresionante, y si El escogió Sión, yo quiero saber por qué. Siendo usted y yo personas que vivimos en una generación materialista a lo máximo, nos damos cuenta de que no tenemos que satisfacernos con una sola cosa, sino que el mismo consumismo humano nos ha permitido tener miles de opciones a la hora de querer comprar algo. Si alguien se va a mudar a otra área residencial, por ejemplo, busca las mejores opciones, dentro de sus posibilidades económicas, y se muda. Vivimos en una época de la historia humana donde más opciones tenemos para las cosas. No tenemos que estar satisfechos con cualquier cosa, porque al rato llegará una persona que nos ofrecerá algo mucho mejor.

En todas nuestras ciudades hay zonas residenciales que se caracterizan por diferentes cosas. La zona donde vive toda la gente adinerada, por ejemplo, es hermosa y con todos los lujos, porque ahí viven los que pueden pagar para tener esos lujos. Los sectores donde vive toda la gente de clase media, baja, obrera, en fin, tiene características propias de sus habitantes. Cuando abren una urbanización nueva, anuncian todas las características positivas que tiene. Hacen anuncios enormes con dibujos de cómo piensan tener la colonia cuando esté terminada. ¿Se imagina la cantidad de lotes que podrían vender de un fraccionamiento donde anuncien «El Lugar que quiso Dios por Su habitación»? No se darían abasto. Todos querrían comprar el lote de al lado del de Él. El fraccionamiento Sión. Lugar muy interesante. La habitación de Dios. Vamos a ver cuáles son las cosas que hay en Sión que lo hacen un lugar tan especial.

Lo que distingue a Sión


Uno de los pasajes, de varios, que nos dan mucha luz con respecto a Sión es Jeremías 31,12.

Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sión, y correrán al bien de Yahvé, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.

¡Con razón le gustó al señor este lugar! Mire nada más todo lo que hay aquí.

Primero, pan. El pan en la Biblia representa la satisfacción de todas nuestras necesidades físicas. En Sión nunca hay hambre porque siempre hay pan, la provisión divina y diaria «<El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy[ ... ]») de pan para cada habitante. Es importante recordar que el Señor siempre ha prometido suplir las necesidades de sus hijos.
**En una ocasión escribe David: «joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan» (Salmo 37,25).
**El apóstol Pablo también nos dice: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Filipenses 4,19). Tenemos un Dios que se interesa en las necesidades físicas y naturales de cada uno de sus hijos, y no los va a abandonar.
**En Mateo dice: «Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?» (Mateo 6,26). Muy buena pregunta con una respuesta obvia: claro que sí. El se encargará de que cada habitante de Sión tenga su porción de pan y de que esté bien alimentado.

En segundo lugar, en Sión también tenemos vino. El vino en muchas ocasiones en la Biblia se utiliza para representar alegría, gozo y regocijo. Se usaba el vino en las celebraciones y en las festividades.
**Cuando Cristo, en el capítulo 3 de Juan, visita una boda en Cana, se une a la festividad y les saca del apuro pues se les había acabado el vino.
**En la gran visitación que hubo en el aposento alto en el Día de Pentecostés, en donde fue derramado el Espíritu Santo sobre todos los que estuvieron presentes y empezaron a hablar en otras lenguas,, vemos que la gente que estaba alrededor pensaba que todos los que estaban en el aposento alto se habían emborrachado (Hechos 2.15). ¡Han de haber tenido un escándalo tremendo como para que todos pensaran que estaban borrachos! Me puedo imaginar que estaban gritando, aplaudiendo, cantando y riendo, igual como lo hacen los borrachos. ¿Nunca se ha fijado cómo un borracho tiene un ambiente que lo rodea? Normalmente es un ambiente con mucha música, mucho compañerismo (el borracho hace del extraño su mejor amigo), mucha risa y mucho valor (se le enfrenta a cualquiera y a nadie le tiene miedo).

**El apóstol Pablo nos exhorta a no embriagarnos con vino sino de ser llenos del Espíritu Santo (Efesios 5,18), implicando con este verso que el embriagarse con el vino del Espíritu tiene algunos de los mismos efectos que el embriagarse con el vino natural. En Sión hay suficiente del vino del Espíritu para todos sus habitantes.

Hay suficiente gozo del Señor como para después compartir con los demás. ¡sin costo adicional! Con razón Sión es un lugar que le agrada a Dios: hay gozo, alegría y regocijo. Yo creo que tenemos un Dios más alegre que muchos de nosotros.

En tercer lugar, en Sión hay aceite. Podemos ver varias aplicaciones en la Biblia para el aceite.
Voy a tomar sólo dos en esta ocasión.
**1) La unción del Espíritu Santo. Cada uno de nosotros necesitamos ese derramamiento de aceite en nuestras vidas para poder movernos en el poder y en la fuerza del Espíritu Santo y no en nuestras propias fuerzas. Cada uno de nosotros necesitamos que el aceite de Su Espíritu haga arder en nosotros el fuego del candelero, igual como estaba en el Lugar Santo del tabernáculo de Moisés. Ahora que nosotros somos el tabernáculo y la morada de Dios, y ahora que Él habita en nuestros corazones, en nuestro Lugar Santo debe haber continuo aceite en el candelero de nuestra vida para que siempre podamos caminar en la luz de Su Espíritu. Jesús dijo que iba a mandar el Consolador para enseñarnos todas las cosas y para recordarnos todas las enseñanzas de nuestro Señor (Juan 14,26).
Cada uno de nosotros necesita la presencia del aceite del Espíritu para poder andar en Su luz.

**2) La sanidad que es para todos. El aceite también se utiliza en la Biblia para hablar de la sanidad. Cuando el Buen Samaritano se encarga de auxiliar al comerciante herido, ¿qué es lo que le pone? Aceite y vino. Jeremías 8.22 dice: « ¿Acaso no hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo?» El bálsamo era aceite que derramaban en las heridas para sanidad. ¡Qué hermosa aplicación para los habitantes de Sión!
En Sión hay sanidad para cada enfermedad. Es cuestión sólo de recibirla, porque en Sión el aceite fluye libremente.. El dulce bálsamo del Señor corre sobre las heridas de cada uno de sus habitantes trayendo descanso y sanidad. ¡Con razón el Señor «quiso» a Sión como su habitación! ¡Qué lugar tan especial! ¿No cree?

El cuarto aspecto que vemos en este pasaje acerca de Sión es el de «ganado de las ovejas y de las vacas». De repente, en mi estudio de Sión me quedé trabado. No pude concebir por qué el Señor quería darnos vacas y ovejas. ¿Nunca se ha dado cuenta que cuando no entendemos algo muy bien en la Biblia nos encontramos leyendo con mucha rapidez, pasando a lo que sigue? Pues así me encontré leyendo este pedacito del verso. Pero un día, antes de compartir este mensaje en un congreso en la ciudad de México, me detuve y le pregunté al Señor: « ¿Señor, por qué quieres bendecir a los habitantes de Sión con ovejas y vacas?» Nunca he escuchado la voz audible del Señor, aunque hay algunos que dicen que ellos sí la han oído.

Lo que sí sé es que el Señor, en muchas ocasiones, me ha hablado como en esta. De repente, lo pude ver con toda claridad: ¿Cómo era que medían la riqueza o la prosperidad de un hombre de aquellos tiempos? ¡Por la cantidad de ganado que poseía! Pude entender que el Señor no tan solamente quiere suplir nuestras necesidades de cada día (el pan que hay en Sión), sino que quiere también prosperarnos y bendecirnos. Ahora, esta prosperidad no es con «fines de lucro», sino con el fin de bendecir a las naciones de la tierra. Deuteronomio 28 dice que Él nos abrirá el buen tesoro del cielo y nos bendecirá abundantemente si guardamos sus mandamientos y le somos obedientes. ¿Con qué fin? «Prestarás a las naciones». Siempre la bendición del Señor sobre su pueblo es para que ellos puedan bendecir a otros. Su bendición nunca es para tener grandes cantidades de dinero en el banco y para vivir vidas ostentosas ya que esto atrae más atención al hombre que a El.

Su propósito en bendecirnos es para que por medio de nosotros Él pueda bendecir a los pueblos de la tierra. Dios nos libre de la mentalidad que ha surgido en algunos países donde se enseña un cristianismo de ostentación y de «prosperidad» falsa, que mide la «bendición» del Señor sobre los distintos ministros por medio del coche que manejan o por sus trajes de 3 mil dólares y sus relojes que presumidamente portan como para así decir que Dios está con ellos. Si Dios está con la gente próspera, si la prosperidad es sinónimo de unción entonces que nos libre, porque que hay miles de magnates del petróleo viven en ostentosa prosperidad, ¡pero doblan la rodilla ante cualquiera! De ninguna manera debemos permitirnos desviar por esta falta de balance en la enseñanza pura de la Palabra, sino que debemos entender que el Señor desea hacernos prósperos lo suficiente para ser canales de bendición a muchos otros y para extender su Reino en toda la tierra...

Yo creo que en estos tiempos Dios quiere levantar a muchos hombres de negocios latinos prósperos para poder invertir mucho dinero en el Reino de Dios en toda la tierra. Dios está bendiciéndonos para que nosotros tomemos ejemplo de Él y bendigamos a cuantos podamos. ¡Con mucha razón al Señor le gustó Sión! Es un lugar de bendición, prosperidad y generosidad. ¿A quién no le gustaría vivir en un lugar así?

El quinto aspecto de Sión que vemos en Jeremías 31,12 es: «[ ... 1 su alma será como huerto de riego». ¿Ha visitado usted alguna vez un huerto después que lo han regado? ¿Se ha deleitado en el olor tan hermoso del agua, mezclado con la tierra y las flores que se encuentran en los árboles? Huele a fresco, a limpio. ¡Qué delicia! ¡Qué deleite! Así «huelen» las personas que moran en Sión.
Tienen una frescura del Señor notable en sus vidas. No están llenos de complejos y de temores sino que están llenos del agua de la palabra de Dios en sus vidas y emiten un «olor» fragante a todos con quienes entran en contacto. ¿Ha conocido alguna vez a alguien que cuando llega a un lugar trae consigo una frescura, un dinamismo y una palabra de aliento? Muy probablemente es alguien que habita en Sión.
De la misma manera, ¿nunca se ha dado cuenta que hay personas que cuando llegan a un lugar traen un olor apestoso y horrible? En lugar de traer ánimo, tienen una palabra de pesimismo o negativismo. Siempre viendo el lado oscuro de las cosas, «con el espíritu de la sospecha». De todo dudan, todo cuestionan y de todo sospechan. ¡Qué desagradable es estar con esta gente! Es muy probable que sean personas que no habiten en Sión. Es urgente hacerles una invitación a que conozcan que en Sión su alma puede parecer «huerto de riego». ¡Con razón le gusta este lugar al Señor! ¡Todos huelen bonito'

La sexta cosa que nos enseña este pasaje acerca de Sión es que «nunca más tendrán dolor». iiiGuauu!!! ¿Qué más pudiéramos pedir? No tan solo tenemos todas nuestras necesidades suplidas, el gozo del Señor, la llenura de Su Espíritu, su sanidad para todas nuestras enfermedades, la bendición y la prosperidad para ser generosos, la frescura de su Espíritu, sino que también tenemos la promesa de que nunca más tendremos dolor. ¡Qué increíble! La mayoría de las personas en esta vida se la pasan constantemente buscando «remedios» para el dolor. Pues en Sión hay un remedio de remedios, una solución a todos los dolores, una provisión para cada una de nuestras dolencias. ¡Con mucha razón el Señor escogió este lugar como su habitación! ¡No estaba de más! ¡Es un lugar muy especial este lugar llamado Sión! ¿No le gustaría vivir en el fraccionamiento Sión?

¿Dónde es Sión?

Sabemos que en Israel hay un monte que se llama «Sión». ¿Habrá que ir a ese monte para experimentar todo lo que el Señor promete para el que habita ahí? ¿Tendremos que hacer peregrinaciones a ese lugar para poder obtener todos sus beneficios? Creo que usted ya sabe la respuesta a esa pregunta: NO. Entonces, ¿dónde será este lugar tan maravilloso donde vive Dios? La respuesta está en un verso que hemos leído tantas veces, que hasta lo leemos con cierta automatización:

Pero tú eres Santo tú que habitas entre las alabanzas de Israel.

Salmo 22,3


¡Ahí está! ¡Eso es Sión!

**Cada vez que usted y YO levantamos nuestras manos y nuestra voz para aclamar y bendecir el nombre de nuestro Señor, en ese lugar estamos construyendo un Sión, donde Él puede venir a morar.
**Cada vez que elevamos nuestro corazón a Él en sinceridad, amor y entrega, para exaltar, ensalzar y honrar Su grandeza y Su poder.., estamos creando en ese lugar un Sión donde Él puede descender en toda Su gloria sobre nosotros y traernos todas las cosas que vimos en la sección anterior: pan, vino, aceite, prosperidad, frescura y liberación.
**Esto quiere decir que en cualquier lugar que usted esté, lo puede convertir en una habitación para el Señor. No importa si está lavando los platos después de la comida, ese lugar puede convertirse en un Sión. Si está conduciendo su auto rumbo al trabajo, o si va por el subterraneo o en algún sistema de transporte público rumbo a la escuela. Ese lugar usted lo puede convertir en un Sión. No importa el lugar, lo que importa es que el Señor está deseoso de que le demos un lugar para que Él pueda descender y darnos todas las bendiciones que promete para los habitantes de Sión.

Puedo imaginarme al Señor sentado sobre su trono. Miguel a su izquierda y Gabriel a su derecha. Están arriba en el cielo haciendo lo que hacen todos los días, mandando una sanidad para allá, un milagro para acá y muchas otras cosas más. Cuando, de repente, el Señor hace un movimiento con la mano, que todos ya saben que quiere decir «silencio». El coro angelical deja de cantar, los músicos celestiales dejan de tocar y todo se torna en un silencio total. Se levanta el Señor de Su trono y se asoma por el balcón de los cielos para ver qué es lo que sucede. Se nota que está escuchando algo. Gabriel y Miguel se dan unas miradas de reojo, sabiendo lo que está pasando porque ya les ha pasado muchas veces en el tiempo que llevan con el Señor. Apenas se alcanza a escuchar el sonido de un canto: «Me gozaré. Me alegraré. Y cantaré al Señor. Porque han llegado las bodas, del Cordero de Dios». El Señor se acerca con Miguel y le dice: « ¿Escuchas eso?» Miguel le contesta: «Sí, Señor, qué precioso se oye».

El Señor le dice: « ¿Sabías que son mis hijos?» Miguel le responde: «Sí, Señor, los que compraste con tu sangre preciosa». Se retira otra vez el Señor para seguir escuchando el cántico que ha subido delante de Él: «Y a su esposa se le ha concedido, que se vista de lino fino, lino limpio y resplandeciente, para recibir al Rey». Se acerca con Gabriel y le dice: «Gabriel, ¿sabes que mi esposa la que me está cantando, verdad?» Gabriel contesta: «Sí, Señor. Y qué bella se está volviendo. Casi no podemos esperar hasta que la traigas contigo para estar acá por toda la eternidad a tu lado y que podamos festejar esas grandiosas bodas que has estado planeando por todo este tiempo». El Señor le dice: «Sí, ya casi estamos listos, pero, escucha eso. ¿No se oye maravilloso?» Gabriel le dice: «Sí, Señor. Se escucha hermoso».

En ese instante el volumen de la canción ha subido y ha cambiado un poco: «Hijo de Dios, recibe hoy, toda la gloria, la honra y honor» vez tras vez lo repite la iglesia, la novia, la amada del Señor. En ese instante ya no se puede detener las ganas el Señor y voltea con Gabriel y Miguel y les dice: «Con permiso, muchachos, pero yo tengo que estar en ese lugar donde me están cantando y adorando. He prometido que cada vez que lo hicieran yo descendería en medio de ellos y les darla pan, vino, aceite, Prosperidad y prometí que les quitaría todos sus dolores y regaría su alma con mi frescura y con mi Espíritu. Nos vemos después. Sigan adelante».
Y en ese momento Él desciende al Sión que usted y yo hemos construido para Él. Oh, mi hermano, mi hermana, no sé si usted puede sentir el gozo, la satisfacción que siento aun en este momento al escribir estas líneas, al saber que cada vez que nos tomamos el tiempo de bendecirlo, de exaltarlo, de recordarle de Sus grandezas Él desciende y habita entre nosotros, y donde Él está, muchas cosas buenas pueden suceder. ¿Lo cree? Al estar Él en medio nuestro, puede ver nuestras necesidades para suplirlas.

Cuando Él habita en medio de nuestras alabanzas, Él puede conocer los deseos de nuestro corazón para que nos los pueda dar (Salmo 37,4). Nunca nos cansemos de construirle una habitación donde Él pueda venir a morar entre nosotros. Vamos a ser personas nacidas en Sión, y viviendo en Sión, para tener entre nosotros siempre la presencia del Señor.

Lo que distingue al «sionita»


Vamos a llamar «sionita» a la persona que nació y vive en Sión. ¿Recuerda que en el primer pasaje que leímos en el Salmo 87 dice en el verso 5: «Y de Sión se dirá: Éste y aquél han nacido en ella»?
De nuevo en el verso 6 dice: «Yahvé contará al inscribir a los pueblos: Éste nació allí». Es interesante ver que Dios sabrá inmediatamente quiénes son los que vienen de Sión y quiénes no.

Existen ciertas cosas que caracterizan a los habitantes de Sión, que los separan de las demás personas, de tal manera que cuando estemos todos entrando delante de la presencia física del Señor en aquel grandioso y final día, Él sabrá quiénes vienen de Sión, y quiénes vienen de las otras habitaciones. Dice el verso 4 que se «acordará» de los otros lugares y hasta menciona a algunos de ellos. Pero hay algo especial del sionita, algo que lo separa de todos los demás.

Al haber viajado alrededor de América Latina, me he ido dando cuenta de las diferentes expresiones que se utilizan en los distintos países. Hay ciertas expresiones y detalles culturales que distinguen a nuestros hermanos latinos de diferentes países. Por ejemplo, siempre que viajamos mi equipo y yo a cualquier otro país, quieren que hablemos como el famoso «Chavo del Ocho» (creo que aparte de Cantinflas es el mexicano más famoso entre los hispanos).

Hay ciertas expresiones, ciertas maneras de ser, ciertas costumbres que mantiene el «sionita» que lo separan de todos los demás. Aquí están algunas de esas características:

1) El gozo y la alegría. (Isaías 51,3 y 11,35.10)

2) El canto y la música los rodea (Isaías 51,3, Salmo 87,7)

3) La danza. (Jeremías 31,13)

4) Gozo perpetuo. Siempre están alegres (Isaías 35,10; 51,11)

El sionita es fiestero. Tiene ambiente. Sabe gozar. Sabe cantar, sabe dar gracias en todo tiempo. No le interesa lo que piensen los demás acerca de él. Sólo le interesa lo que piensa el Señor de él. Por eso es que los sionitas, en ocasiones, no son muy comprendidos, porque algunos moradores de las otras habitaciones (Filistea, Rahab, etc.) no pueden comprender qué es lo que motiva al sionita a ser tan «escandaloso». Recuerdo a un sionita que fue brutalmente criticado porque se había «descontrolado» ante la presencia del Señor: David. Cuando ya estaban cerca de Jerusalén con el arca del pacto en su posesión, no se pudo contener la alegría y el regocijo, y comenzó a danzar con todas sus fuerzas de tal manera que su esposa Mical pensaba que se estaba «exhibiendo» ante las sirvientas del Rey.

Hasta la fecha están entre nosotros los «Micales» que desde su balcón de seguridad y confort, lejos de estar involucrados en la alabanza al Señor, lejos de estar gozándose junto con el pueblo el gran acontecimiento de que la Presencia del Señor está regresando a su lugar debido, están cómodamente sentados juzgando los acontecimientos, midiéndolo con las reglas que usaba el régimen anterior. Pero al sionita no le interesa mucho lo que le dicen los Micales, porque reconoce para quién lo está haciendo y por qué lo está haciendo. Es otra de sus características, la determinación. No importando qué sucede a su alrededor, el sionita siempre está dispuesto a alabar y adorar al gran Rey de reyes y Señor de señores.

Hablando de David, es interesante notar que es la única persona de quien Dios dijo que era un hombre «conforme a su corazón» (Hechos 13,22). ¿Cómo habrá sucedido esto? ¿Habrá sido porque a Dios se le «ocurrió» hacerlo así? No creo. Creo que allá en las praderas, cuando David cuidaba las ovejitas, con su arpita en la mano, comenzó a experimentar la presencia del Señor en medio de él. Descubrió ese «Sión» espiritual, del cual escribió. Disfrutaba de comunión íntima con el Señor y sabía que el Señor descendía cada vez que le tocaba su instrumento y le cantaba sus cantos. David nació en Sión desde aquellos primeros años con las ovejas y el arpa, y por eso Dios dijo que era un hombre «conforme a mi corazón». ¿Sabe cuál sería una interpretación laica de esa frase «conforme a mi corazón»? La siguiente: «Sabe lo que a mí me gusta. Me sabe complacer. Sabe lo que me cae bien».

¡Con razón David escribió tantos salmos tan hermosos! ¡Con razón fue el rey más poderoso de todos los tiempos! ¡Conocía lo que era vivir en Sión!

¿No le parece que es un lugar maravilloso en donde vivir? ¿No quisiera usted vivir en la habitación de Dios? Entonces, busque Su presencia. Levante su adoración, su acción de gracias, su alabanza y su celebración delante del trono de Dios, y El descenderá y habitará con usted y recibirá todas las bendiciones que vienen con habitar en Sión.

Tenemos por qué cantar...

Canta, oh hija de Sión: da voces de júbilo, Oh Israel: gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén. Yahvé ha echado fuera tus enemigos: Yahvé es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal. En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sión, no se debiliten tus manos. Yahvé está en medio de ti, poderoso, él salvará: se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.

Sofonías 3,14-17


Canta y alégrate, hija de Sión; porque aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Yahvé


Pero tú eres Santo tú que habitas entre las alabanzas de Israel.

 

Zacarías 2,10

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encanta esta escrito... gracias por publicarlo...