¿Estamos dispuestos a llegar hasta el final?
EL TEMPLO
Queremos compartirles algo mas que meras palabras, sino una fuerte inquietud que el Señor esta poniendo en nuestra vida. El tema se refiere a lo siguiente: Necesitamos dejar de lado los valores y las reglas cristianas como ejes de nuestras vidas, para priorizar la adoración, abocarnos de lleno a entablar una relación seria, profunda y duradera con nuestro Dios.
Se puede pensar que en el párrafo anterior hay un error evidente, pues como es que se dice abiertamente que dejemos los valores cristianos. Bien, es que necesitamos completar la idea para que pueda entenderse; mediante una relación de amor con nuestro Dios, las reglas y los valores se derriten ante el fuego de esa pasión desbordante y son transformadas. Las reglas y los valores son cambiados simplemente en acciones que efectuamos al solo efecto de agradar a Dios. Vienen a nuestra mente en este instante las conmovedoras palabras del apóstol Pablo diciendo: "... por amor a mi Señor lo he perdido todo, solo deseo ganar el amor de mi Cristo" (paráfrasis). Palabras que sin dudar nos deben llevar a una profunda reflexión acerca de nuestras prioridades en la vida y el estado de nuestra relación con Dios.
El Señor inspiró al salmista David a formular unas preguntas de una trascendencia vital para su vida y por consiguiente para la nuestra. El Salmo 15:1 dice: "¿Quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?.
Estas dos preguntas no solo nos llevan a conocer las condiciones para estar en la presencia de Yahvé sino también nos dirigen hacia el sitio de encuentro con Dios, el lugar de la plenitud. Sin lugar a dudas es este el lugar al cual El no quiere ya que le visitemos esporádicamente sino como bien dice el salmista desea que hagamos del mismo una habitación o morada.
El Tabernáculo es la figura que revela la sombra del Cristo que habría de venir y las condiciones o el orden dado por Dios para llegar a la comunión total con El. El Tabernáculo era un lugar de transformación y preparación para el sacerdote que se disponía a penetrar al lugar santísimo. Hace 2000 años el velo del lugar santísimo fue abierto y el sacerdocio santo fue conferido a todos aquellos que se pusieran bajo la cobertura de la cruz. Pero esto de ninguna manera nos exime de pasar por el altar del sacrificio, poniéndonos sobre el, (Ro. 12:1; Lv.1:9), limpiarnos en la fuente de bronce, hecha con los espejos de las mujeres, símbolo inequívoco del lavamiento ante el espejo de la Palabra de Dios, (Ex.38:8; 2 Co.3:18). Estamos profundamente conmovidos al compartir estas verdades que seguramente ustedes, ya han conocido pero sentimos que son necesarias para elevarnos a un mayor nivel de revelación y madurez espiritual.
Continuando con esta descripción revelada del Tabernáculo, a la entrada nos encontramos con la mesa de los panes de la proposición, que nos enseña a sentarnos a la mesa y comer cada día del Pan de Vida que es Jesucristo (Ex.25:30; Jn.6:35). Un poco más allá se encuentra el candelero de oro, al cual el sacerdote debía reponer el aceite día a día y limpiar los restos de impureza que el sacerdote debía cubrir y sacar fuera de la tienda. Aquí nos habla a gritos de estar llenos del aceite fresco del Espíritu Santo, pues solo así nuestras lámparas tendrán autonomía para alumbrar sin usar un fuego prestado (Nm.8:4; Mt.5:15).
Este es el lugar del avivamiento, el lugar donde el fuego de Dios arde y la pasión nos consume de amor hasta los huesos, es el sitio del éxtasis, (donde nuestra percepción natural se remite a la mínima expresión, y nuestro ser espiritual es totalmente receptivo a la obra del Espíritu Santo). (Ex.40:34-35; Mt.27:51; Hch.22:17). El profeta Jeremías ante la aparición de pseudo profetas formuló proféticamente una de las preguntas mas impactantes de la Biblia, a mi entender lógicamente: "Porque ¿quién estuvo en el secreto de Yahvé, y vio y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? (Jeremías 23:18)
Pero la segunda parte del verso 1 del Salmo 15 también nos desafía a subir al monte, no tan solo para tener una experiencia pasajera sino a morar allí. El monte era el lugar alto donde Dios se manifestaba y daba las directivas a su pueblo (Ex.19:20-21) . En ese lugar Yahvé dejaba las huellas y la visión (dirección) en las personas que marcarían la diferencia con el resto del pueblo. Recordemos a Moisés bajando del monte Sinaí mientras su rostro resplandecía sembrando el terror y el desconcierto entre el pueblo que prefirió quedarse en la base de la montaña y esperar a que Moisés bajara y les revelara la voluntad de Dios. Otro profeta de Dios llamado Hageo, ordena al pueblo que se había desviado de la visión original de Dios a subir al monte y traer madera,(Hag.1.8) pues solo en el monte de Dios es donde se restablece la visión y la dirección de Dios para nuestros ministerios.
Para concluir, simplemente deseamos participarles de una invitación que se mantiene inalterable: "HABITAR EN SU TABERNACULO, MORAR EN SU MONTE SANTO"
La invitación es llegar hasta el final, hasta el lugar santísimo, hasta la cumbre del monte. Y esto cada vez que a solas o como comunidad, alabando y adorando entramos en su presencia...
¿Hasta donde estamos dispuestos a llegar? Estamos viviendo un tiempo crucial en la historia de la humanidad, y la iglesia necesita recuperar su protagonismo, como cabeza sobre todas las cosas. Esto solo lo lograremos llegando a los secretos de Dios, al lugar santísimo, a la cumbre del monte santo, es allí donde El nos espera ansiosamente.
ESTE ES HOY NUESTRO DESAFIO...
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